photo by Karine Armen
15. La Esperanza es la luz Interior
La esperanza también se conoce como luz interior. La fuente de la esperanza son nuestros canales internos positivos y negativos. Los dos canales, positivo y negativo, siempre funcionan y están directamente relacionados con nuestros pensamientos. Sabiendo esto, podemos mejorar nuestro proceso de pensamiento positivo y sentirnos felices y llenos de energía.
Veamos cómo podemos mejorar nuestro canal positivo y tener esperanza.
Perdemos la esperanza cada vez que nos enfrentamos a pequeñas decepciones. En
primer lugar, debemos distinguir entre realidad y un ideal. Tenemos que ser
realistas y fijarnos objetivos realistas. Cuando nuestras expectativas no son
realistas, nos enojamos y empezamos a culpar a la mala suerte o caemos en
pensamientos negativos y desesperados. Necesitamos detenernos y decir: “Así
debía ser. Debe haber una razón para esto”. En cada derrota hay un éxito. Puede
que no lo veamos en ese momento, pero luego nos damos cuenta de la razón por la
que nuestro deseo no se hizo realidad.
Podemos practicar este proceso de pensamiento a diario para alimentar nuestras esperanzas y no decepcionarnos por cosas sin importancia.
24 de octubre de 1987
16. Culpa
La culpa y el arrepentimiento están relacionados. El pensamiento negativo se debe a la falta de autoconciencia. Necesitamos reconocer las raíces del sentimiento de culpa.
Muchos de nuestros pensamientos
negativos son los mismos desprecios que escuchamos en nuestra infancia. Si la
negatividad de los padres nos comparaba con nuestros hermanos u otros niños,
nos sentíamos impotentes para llegar a ser tan buenos como los demás. Esto
lleva al miedo al fracaso. No queremos hacer nada porque no somos “tan buenos
como” los demás. El miedo al fracaso se transforma en un sentimiento de
incompetencia y de culpa.
La culpa nos vuelve inquietos y enojados. Proyectamos nuestra
negatividad a nuestros hijos. Nos volvemos sobreprotectores y no les permitimos
experimentar la vida.
Hemos heredado la culpa de
generaciones anteriores. Es un comportamiento aprendido. Podemos reorientar
nuestra atención reconociendo sus raíces.
En lugar de compararnos a nosotros
mismos y a nuestros hijos con los demás, podemos afirmarlos y encontrar lo
bueno en cada persona.
La crítica es la base del arrepentimiento y la culpa. El único remedio para liberarse de la culpa es el autoconocimiento y la autoayuda.
31 de octubre de 1987
17. Contradicción
Crecemos escuchando contradicciones e
hipocresía. De niños, se nos dice que seamos amables y educados con las
personas que no lo practican.
Todos los días vemos personas predicando lo que no practican. Esto crea
un dilema moral. Sabemos que es mejor ser honesto y amable, y luego vemos que
la gente sale adelante financieramente al no ser honestos.
Queremos ser como el deshonesto pero no podemos. Nos sentimos culpables
y avergonzados.
Estas contradicciones y dilemas se exageran cuando los sellamos con
nuestras cuestiones e identidad culturales. No nos sentimos ni estadounidenses
ni iraníes. Queremos mantener la antigua cultura, pero vemos desafíos
particulares. Estas contradicciones agotan nuestra energía.
La forma de afrontarlo es la autoconciencia y la autoayuda. Necesitamos
reconocer lo positivo y lo negativo, la función de cada uno. No podemos vivir
sólo con la luz del día. También necesitamos la noche. Lo mejor es vivir con la
conciencia tranquila y predicarles lo mismo a nuestros hijos. Entonces no
tendrán que lidiar con la hipocresía.
Podemos vivir con los buenos recuerdos del pasado y una imagen optimista
del futuro. Sin embargo, necesitamos vivir en el presente.
7 de noviembre de 1987
18. Negatividad o Positividad
A veces podemos ver todos los problemas y defectos en lugar de la belleza. La visión pesimista versus la optimista.
Aprendemos el pesimismo y la culpa desde la niñez. De niños escuchamos
muchas expresiones como “No lo toques”, “Qué vergüenza” o “No interfieras, eres
demasiado pequeño para entender”. Esta negatividad se nos da mientras estamos
formando nuestra personalidad. Crecemos con la costumbre de culpar a todos,
especialmente a nosotros mismos. Esto crea una falta de confianza en uno mismo
y falta de autoestima.
Como se trata de un hábito aprendido, es más difícil deshacerse de él.
Hace que sea muy difícil ver lo bueno en las cosas y en nosotros mismos.
Necesitamos
una revolución interior. Podemos mejorar nuestro pensamiento positivo y
fortalecer nuestro optimismo en nosotros mismos. La gente necesita una
reconstrucción de su mundo interior. Muchos dedican más tiempo a reconstruir su
belleza exterior con maquillaje y ropa. Necesitamos y podemos reconstruir
nuestro bienestar emocional y espiritual.
Podemos empezar contando nuestras bendiciones, empezando por nuestra
salud, “tengo piernas, manos, ojos, oídos”, y luego tomar nota de los recursos
internos que nunca utilizamos. Aprovechemos todo ese potencial y
aumentemos nuestra confianza en nosotros mismos.
Por
supuesto, debemos tener cuidado de no ser narcisistas mientras apreciamos nuestros
recursos internos y nuestro potencial para vivir una vida plena.
Necesitamos expresar y hablar sobre nuestros talentos
internos y decir que son ejercicios para tener más confianza en nosotros
mismos. Con el tiempo, esto se volverá habitual y veremos lo bueno de todo en
lugar de buscar culpas y excusas.
Este buen hábito puede crear un cielo interior. Esto lo trasladaremos a nuestros hijos, que serán futuros adultos.
14 de noviembre de 1987
19. Sonrisa y Risa
La risa es una actividad saludable. Es
el símbolo de la felicidad y la paz interior. Todos anhelamos tener más risas y
caras sonrientes. En muchas culturas, la gente ve la risa de manera diferente.
Algunos dicen: "Me estoy riendo, pero mi corazón está triste" o
"Estoy demasiado angustiado para reír". Una de las mejores
expresiones sobre la risa es: "Sonríe y el mundo te devolverá la
sonrisa". Hay diferentes tipos de
risa. A veces nos reímos de algo divertido. Otras veces, nos reímos por
cortesía o sarcasmo. Cuando reímos desde el fondo de nuestro corazón, nos
sentimos contentos. Expresamos nuestra felicidad a través de la risa. Sin
embargo, si estamos con alguien que está triste, nuestra risa puede tener un
efecto nocivo. Si reímos y sonreímos debido a la presión social, esto no
es sincero y no lo disfrutamos. A veces, cuando nos sentimos heridos por las
acciones de alguien, mostramos nuestro enfado con un tono sarcástico. Otra risa
problemática es cuando nos burlamos de alguien.
Como mencioné antes, tenemos canales tanto positivios como negativos. No
siempre podemos ser felices. Necesitamos conocer los elementos y factores que
afectan nuestras emociones. Al ser conscientes de nosotros mismos,
podemos utilizar la risa para sentirnos felices y no sentirnos menospreciados
por el sarcasmo de los demás.
Termino este artículo con la cita:
"Si tu yo interior y exterior son iguales, estás más cerca de Dios".
Podemos llegar a ese punto y ver un mundo pacífico.
21 de noviembre de 1987
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